Mejorar la inclusión financiera rural, uno de los propósitos de la Cooperación Suiza en su apoyo a mipymes.

¡Creando impacto! 

  • La Embajada de Suiza y Swisscontact a través de Colombia más Competitiva trabajan en diferentes proyectos para fortalecer y facilitar la inclusión financiera rural. Desde el lado de la demanda, en campesinos, mujeres, pequeños productores y mipymes y, desde la oferta, con microfinancieras y entidades líderes del sector.
  • Al promover bienestar financiero a través de la formación, se busca que los diferentes públicos eliminen barreras como el desconocimiento y el temor a la hora de adquirir financiamiento.
  • También se busca crear nuevos mecanismos que permitan quitar de la ecuación al costoso y riesgoso “gota a gota” como alternativa de crédito.

Apoyar a las mipymes en Colombia es uno de los objetivos del programa Colombia más Competitiva (C+C). «Buscamos a través de la innovación financiera, cerrar las brechas de financiamiento de las microempresas en el país. Pese a su significativo papel en la economía, proporcionan más del 60% del empleo total y representan más del 95% del tejido empresarial colombiano, solo el 14% de las microempresas tiene acceso a crédito formal y de calidad» explica Santiago Segura de Dalberg, consultores expertos del programa C+C.

Sin embargo, pese a la relevancia de las mipymes, enfrentan diferentes barreras a la hora de acceder a servicios financieros: la primera de ellas, la existencia de hábitos de uso de efectivo y de prácticas de ahorro y crédito informales. “Teniendo en cuenta la necesidad de que las personas usen medios de pago digitales, ahorren de forma segura y accedan a financiamiento para invertir en sus actividades productivas, no basta con brindar capacitación teórica en educación financiera. Es necesario brindar asesoría práctica a las familias campesinas, información concreta sobre los productos a su disposición, sus ventajas, costos e implicaciones (tributarias, por ejemplo)”. Mencionó Miquel Jordana, de la Fundación Capital, experto en bienestar financiero para las cadenas de valor del programa.

Y es que, en las zonas rurales, aunque existe el gota a gota, este, es un fenómeno principalmente urbano, que financia en general actividades con alta rotación de inventarios, sobre todo el comercio. Lo que predomina en la ruralidad y especialmente en actividades agrícolas son prácticas de crédito informal, tales como, la compra a crédito en casas comerciales; compra a crédito en tiendas de agro insumos, siendo uno de los más comunes el «adelanto de cosecha», donde intermediarios o cooperativas entregan anticipos o prepagan la cosecha con el compromiso de que los agricultores les vendan la cosecha a ellos, perdiendo oportunidades futuras.

Desde este contexto, una de las recomendaciones de C+C para lograr la verdadera Inclusión financiera, está relacionado con enfocarnos en la salud financiera de los hogares, en que la inclusión financiera se traduzca en adopción de prácticas financieras saludables. Es por esto por lo que las unidades productivas para poder manejar mejor su liquidez e invertir en su crecimiento, primero deben acceder a una serie de herramientas de pago, de ahorro e inversión, de financiamiento y de gestión del riesgo. Por otro lado, desde la perspectiva de las entidades financieras, el programa recomienda el desarrollo de productos y canales innovadores que les permitan llegar a las zonas rurales de forma costo-efectiva.

Estos, no son los únicos obstáculos que enfrentan las mipymes, las calificaciones de riesgo utilizadas por algunas entidades financieras a menudo penalizan a las mipymes debido a su falta de experiencia o historial crediticio, utilizando metodologías de scoring restrictivas y desconectas de la realidad de sus negocios. Esto las deja sin acceso a recursos que podrían habilitar oportunidades de crecimiento o sin herramientas de resiliencia para asegurar su sostenibilidad financiera frente a choques externos. Según Segura, “hay mipymes que pese a tener capacidad de pago, solvencia económica y un potencial enorme de crecimiento y transformación empresarial, son rechazadas por los requisitos restrictivos de la oferta tradicional, como exigencias de colaterales de bienes inmuebles, la ausencia de información financiera auditada o por su condición de informalidad”.

Este rechazo, en algunos casos, hace recurrir a formas de financiamiento que no son óptimas, como lo es el “gota a gota”; un poco más del 20% de las mipymes en el país acuden al “gota a gota” que pese ofrecer desembolsos inmediatos y flexibilidad de pago, implica costos desproporcionados que atentan contra la salud financiera del negocio y muchas veces de la misma economía familiar conexa al mismo.

Aunque son notables los obstáculos, también existe un reto enorme de transformar la mentalidad de las mipymes que ven el crédito como un recurso innecesario y en ocasiones lo perciben bajo una connotación negativa. En Colombia, solamente el 33% de las mipymes solicitan créditos, en parte debido a sesgos culturales que llevan a un fenómeno de autoexclusión, considerándose a sí mismos como un público no apto, bajo supuestos infundados relacionados a la incapacidad de pago o el perfil de entrada para acceder un producto de crédito. Sumado a esto, el nivel de desconocimiento de la oferta de productos con características particulares para diferentes líneas de negocio es altísimo. Y para rematar, en ciertos sectores empresariales, existe desconfianza hacia los bancos.

El programa Colombia más Competitiva se ha enfocado en llenar estos vacíos, identificando, prototipando, y creando mecanismos alternativos de financiamiento que favorezcan a esta población empresarial; también busca que dentro de las microfinancieras existan iniciativas de innovación financiera, que se piense en nuevos modelos de negocio y acceso a productos financieros que atiendan efectivamente las necesidades de las mipymes y se mitiguen las barreras de acceso a esas opciones de financiamiento. Por otro lado, en C+C también se están desarrollando programas de educación y bienestar financiero en 15 regiones del país, específicamente a los beneficiarios de 14 proyectos de las cadenas de valor de cacaos especiales, cafés especiales, ingredientes naturales y turismo sostenible.

Mantente informado sobre el portafolio de proyectos del programa y futuras oportunidades para hacer parte de ellos.